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Cuando Netflix compró Warner: ¿Final de temporada?

Cristián Reyes Cid*

Por estos días, la industria del entretenimiento observa con expectación el anuncio de que Netflix adquirirá Warner Bros. Discovery (WBD), una operación histórica tanto por su valor económico, como por la amplitud de los catálogos involucrados. Sin embargo, esta transacción aún no está perfeccionada, pues depende de una serie de condiciones regulatorias, societarias y estructurales cuyo resultado aún es incierto.

Netflix, fundada en 1997 y con más de 300 millones de suscriptores, valorizó a Warner Bros. en US$82.700 millones, con un pago por acción de US$27,75, compuesto por US$23,25 en efectivo y US$4,50 en acciones de Netflix. Esto la posicionó por sobre otros interesados, como Paramount Skydance y Comcast Corporation.

Cristián Reyes Cid

Ciertamente, la operación modificará de manera estructural la geografía del streaming, el cine y la televisión, profundizando la tendencia seguida por otros actores digitales, como Amazon respecto de MGM y Disney respecto de 20th Century Fox.

Sin embargo, estará sujeta a múltiples aprobaciones y condiciones suspensivas que impedirán a Netflix tomar control efectivo en el corto plazo. Por una parte, se requiere la escisión de Discovery Global -unidad que posee marcas como CNN y Discovery- en una nueva sociedad, lo que se prevé para el tercer trimestre de 2026.

Por otro lado, se viene un intenso escrutinio regulatorio. En Estados Unidos, el Departamento de Justicia (DOJ) y la Federal Trade Commission (FTC) deben revisar la operación bajo criterios de competencia, al tratarse de la integración entre un líder mundial del streaming y un conglomerado relevante en cine y televisión. Y, dada la escala internacional de ambas compañías, también serán necesarias las autorizaciones de la Unión Europea y otras jurisdicciones, entre ellas, Chile. En paralelo, los accionistas de WBD deberán aprobar el acuerdo, lo que confirma que aún no es un asunto zanjado.

Y es que el tamaño que alcanzaría Netflix, en caso de perfeccionarse la operación, obliga a observar con especial atención el potencial nivel de concentración, el impacto en el acceso a contenidos insustituibles, la eventual exclusión de competidores e, incluso, los efectos que se podrían generar en el mercado laboral y en el ecosistema de la producción en general. Por ello, el análisis -por mercado y por país- no será sencillo.

Cabe recordar, al efecto, el caso Cornershop, empresa cuya adquisición inicial -aprobada en Chile- fue finalmente rechazada en México, lo que permitió que Uber ingresara como accionista mayoritario en 2019 y completara en 2021 la adquisición del 100% de la compañía, habilitando posteriormente su integración tecnológica y operativa con Uber Eats.

Con mayor razón, en una industria donde las fusiones entre plataformas y estudios está redefiniendo la lógica del entretenimiento mundial, aún queda camino por recorrer y varias decisiones por adoptar antes de afirmar que Netflix realmente sumará a su catálogo la centenaria historia de Warner Bros. Discovery.


Cristián Reyes Cid es socio Aninat Abogados*

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