Columnas
El rol del Colegio de Abogados en el proceso constituyente y el debate público
"En parte por esta pérdida de relevancia en materia constitucional, los abogados no estamos jugando un rol al nivel del que estimo necesario. Se aprecia una fuerte propensión a transformar impulsos o sentimientos en normas jurídicas fundamentales, lo que puede traducirse en serios problemas para el país y nuestra profesión".
Por Víctor Manuel Avilés *
Por muchas razones, algunas de ellas asociadas a malas prácticas de profesionales y otras a la falta de vocería desde las asociaciones gremiales, el rol de los abogados ha venido perdiendo relevancia en la sociedad durante las últimas décadas. Por ejemplo, la no exigencia legal de contar con asesoría letrada en ciertas gestiones es mirada como una ventaja por los usuarios, lo que los expone a indefensión pero da cuenta del fenómeno que comento.
En el peor de los casos, se aprecia el trabajo del abogado como indeseable o portador de intereses propios que se alejan rápidamente de las necesidades del cliente. Esta situación, de agudizarse, puede llevar a un punto que se haga insustentable nuestra carrera como la conocemos, en un contexto donde se titulan, en promedio, dos profesionales al día y vemos como el avance tecnológico está generando cambios y, en el futuro, reemplazando algunas funciones que desarrollamos en la actualidad.
En parte por esta pérdida de relevancia, en materia constitucional, los abogados no estamos jugando un rol al nivel del que estimo necesario. Se aprecia una fuerte propensión a transformar impulsos o sentimientos en normas jurídicas fundamentales, lo que puede traducirse en serios problemas para el país y nuestra profesión.
Sin desmerecer en nada la aproximación ciudadana al proceso constituyente, sin duda los abogados y el Colegio de Abogados de Chile A.G. tienen el deber de participar en esta instancia, en resguardo de la República, la democracia, la certeza jurídica, las garantías y derechos constitucionales y, en general, del Estado de Derecho. Intervenir en dicho proceso desde nuestra asociación gremial es fundamental, pues a lo propiamente constituyente, le seguirá un conjunto de reformas legales, en busca de adaptar la normativa infra constitucional. Sin duda nuestro rol, en calidad de técnicos en la materia, debe ser fundamental para asegurar la sustentabilidad de la Carta Magna para los próximos 30 años o más.
Pero además de lo constitucional, estoy convencido que el prestigio del rol del abogado en la sociedad se encuentra amenazado. De un lado, por la forma en que se ejerce muchas veces la profesión y, de otra, en poca notoriedad progresiva que ha afectado al Colegio de Abogados de Chile A.G. a partir de la división de las posiciones al interior de su Consejo. Dicha división impide, muchas veces, adoptar acuerdos en uno u otro sentido, llevando a la inacción. Por ello, es fundamental que se forme una mayoría clara y firme, que defienda la naturaleza gremial y técnica del organismo, y no la convierta en un espacio para política partidista que vele por los intereses de otras asociaciones igualmente legítimas pero de otro tipo; que fortalezca el control ético de la profesión y que, en paralelo, fomente la protección y formación de nuestra labor, entre otros aspectos.
De lo contrario, el Colegio de Abogados de Chile A.G. caerá en el peor de los vicios posibles para una entidad gremial, a saber, su irrelevancia.
* Víctor Manuel Avilés es candidato a consejero del Colegio de Abogados por la Lista C – Gremiales por el Estado de Derecho. Actualmente es socio del estudio Larraín y Asociados y profesor de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho de la U. de Chile.