Columnas
Crypto & ESG
La intención de la presente publicación tiene como objetivo desentrañar este activo y entender aquello que lo potencia y le da vida: el Blockchain y su relación con el fenómeno regulatorio que va tomando las agendas del mundo, en relación a los criterios de Gobernanza, Medio Ambiente y Sociales, denominados ESG.
Por: León Lanis Ventura* y Andrés Cuevas Cárdenas**
Las criptomonedas o activos digitales descentralizados han sido constantemente abordadas por medios y reguladores como una amenaza, sin considerar su potencialidad como motor económico y financiero internacional más justo, más asequible y más democrático.
En el caso de Chile, estos activos son definidos por la “Ley Fintech” (21.521) en su Artículo 3 numeral tercero como “representación digital de unidades de valor, bienes o servicios, con excepción de dinero, ya sea en moneda nacional o divisas, que pueden ser transferidos, almacenados o intercambiados digitalmente”, más adelante, la misma ley en cuestión, incluso los asimila a un instrumento financiero. Otras regulaciones, especialmente las de Emiratos Árabes, Japón y Europa tienden a definir en virtud de las distintas clasificaciones y tipos de activos.
La intención de la presente publicación tiene como objetivo desentrañar este activo y entender aquello que lo potencia y le da vida: el Blockchain y su relación con el fenómeno regulatorio que de a poco va tomando las agendas del mundo, en relación a los criterios de Gobernanza, Medio Ambiente y Sociales denominados ESG.
Los Libros Contables Digitales y Descentralizados, conocidos coloquialmente como cadenas de bloques o blockchain, se entienden como una cadena inmutable de datos unidos digitalmente por una función matemática, conocida como criptografía, y por un orden lógico-temporal. Esta cadena no es administrada por un ente central, si no por todos los partícipes de la mantención y creación de estos bloques de datos, conservando así una estructura descentralizada, donde todos sus participantes -conocidos como nodos- se preocupan de la fiscalización, aprobación, mantención e integridad de los datos que en dicha cadena se encuentren. De esta forma, el blockchain mantiene una cadena de registros completamente pública, donde todos los que participen del fenómeno pueden encontrar fácilmente todos los datos, fiscalizar las nuevas actividades y participar en la creación de nuevos bloques de datos mediante un proceso conocido como minería de bloques o minting.
Antes de detallar lo que es la actividad de minería de bloques, es importante señalar que todas las transacciones, dentro de cualquier cadena de bloques, es pseudo anónima; esto quiere decir que, si bien cada transacción debe tener un emisor y un destinatario, sus nombres, direcciones u otra información privada, es completamente prescindible. Esto se traduce en que la única información que podría estar disponible en una transacción es: los fondos de cada parte, la dirección publica de su billetera digital y toda la información relacionada a las transacciones que haya realizado desde su creación.
La minería tiene distintos tipos de protocolos para aprobar transacciones, dependiendo de la cadena de bloques en la que se encuentre; por ejemplo, para Bitcoin, la criptomoneda con mayor volumen de mercado, su bloque de datos es ‘minado’ y fiscalizado por un protocolo conocido como “Proof-of-Work”, donde los nodos deben hacer un gasto energético significante para solucionar una ecuación matemática propia de la criptografía y así poder “acuñar” un nuevo bloque de datos, recibiendo automáticamente una recompensa millonaria (6.25 BTC = 180 mil dólares estadounidenses aproximadamente), hasta que se agote la emisión de Bitcoin en el año 2140. Por otro lado, Ethereum, la segunda moneda con mayor volumen de mercado, tiene un protocolo distinto, conocido como “Proof-of-Stake”, donde los nodos, que validan transacciones y crean nuevos bloques, deben depositar un mínimo de 32 ETH (alrededor de 60 mil dólares estadounidenses aproximadamente) como colateral, para que posteriormente el código pueda sortearlos como validadores de transacciones, pudiendo cobrar una tasa por cada transacción aprobada y reduciendo a su vez el gasto energético que provenga del bloque de datos.
Los Criptoactivos y el ESG.
Asimismo, uno de los grandes desafíos que existen hoy, se relaciona con el fenómeno regulatorio que de a poco va tomando las agendas del mundo, en relación a los criterios de Gobernanza, Medio Ambiente y Sociales denominados ESG.
En este sentido se presenta un tremendo reto para los criptoactivos frente a cada uno de estos criterios, principalmente por la falta de transparencia e información que existe en torno a las operaciones. Tal como se comentó unas líneas atrás, todos los participantes son validadores de transacciones, y, al mismo tiempo, se desconoce quién es el individuo que se encuentra detrás de la misma. En jerga de lavado de activos se podría decir que es imposible identificar estos “beneficiarios finales”.
En este contexto, es importante también, exponer los eventuales problemas generales en esta materia cuando hablamos de los criterios ESG.
En relación con la variable de Medio Ambiente “E”, las industrias en general están apostando para llegar a ser carbonos neutrales en los próximos años. Para poder hacer el “mining” y la validación de transacciones se necesitan grandes cantidades de energía, para poder alimentar los servidores y equipamiento tecnológico. Un reciente estudio de la universidad de Cambridge, denominado Cambridge Bitcoin Electricity Comsuption Index1https://ccaf.io/cbnsi/cbeci visitado el día 5 de septiembre de 2023., estableció que, si Bitcoin fuera un país, el consumo en un año de electricidad sería el equivalente a Paises Bajos, Emiratos Arabes Unidos o Argentina, dado que se utilizan cerca de 121,36 teravatios-hora (TWh) de electricidad al año. Si lo vemos en terminos de industría, el consumo de Bitcoin es muy similar la industria de la extracción de oro en la mineria a nivel global.
Asimismo, tampoco hay datos que indiquen cuales serían las fuentes de energía, sin distinguir entre las renovables o no renovables. Otro tema, que resulta del caso y que se debe mencionar, está relacionado con las temperaturas que pueden generar los servidores en el proceso del “mining”. El lugar ideal para la instalación de las granjas de minado se ubica en territorios fríos, tales como Siberia, Finlandia y las provincias Xinjiang, Neimonggu y Heilonggiian y Sichuan en China. Con respecto a las emisiones de efecto invernadero, el mismo estudio Cambridge Bitcoin Electricity Comsuption Index indica que dichas emisiones serían similares a países como Hungría, Serbia, Portugal o Irlanda
En relación con los temas Sociales, los criptoactivos van conectados ala S por medio de las oportunidades para promover la integración y la descentralización en la sociedad, a través de la inclusión financiera de personas no bancarizadas. Más allá de eso, no existe un acabado estudio de materialidad, que haya sido publicado hasta la fecha,que permita identificar cuáles son los temas materiales en el ámbito social. En términos generales, no se tiene información detallada de los miembros de la organización, la diversidad o la igualdad de oportunidades ni la posibilidad de poder realizar un levantamiento de la situación real de las brechas en su cadena de valor. Surgen razonablemente dudas con la protección y riesgos que tengan los inversionistas-consumidores con la especulación propia de una inversión.
Por último, los asuntos de Gobernanza también resultan problemáticos a la hora de transparentar las operaciones. Una de las particulares de las criptomonedas es que se desconoce la identidad de su fundador o controlador. Un tema que puede parecer muy atractivo desde el punto de vista de las validaciones, pero que no ayuda a identificar a las personas que se encuentran detrás. En el caso caso del Bitcoin, por ejemplo, su creador es Satoshi Nakamoto, sin embargo, no se se sabe si se trata de un psedonimo de una persona o si detrás de este criptoactivo hay un grupo de personas.
En conclusión, el hermetismo que rodea el funcionamiento de esta actividad, genera grandes dudas, sobre todo en lo referente al capital humano que se encuentra detrás de cada operación, lo que representa un enorme desafío considerando en un mundo donde, cada vez más y con más fuerza, se exige transparencia.
*León Lanis Ventura, es egresado de Derecho UDD. Especialista en materias crypto y fintech. Candidato a diplomado en finanzas internacionales de Harvard Law School.