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Del problema a la solución: cómo financiar un litigio con third-party funding

El costo de un litigio puede convertirse en la mayor barrera para acceder a la justicia. Hoy, el third-party funding ofrece una alternativa que permite a clientes, empresas y abogados defender casos sólidos sin tener que asumir “solos” la carga financiera.

Por Emma Fischer, Legal Analyst de Loopa Finance*

Enfrentar un juicio rara vez es sencillo. Más allá del desgaste emocional y el tiempo invertido, los costos suelen ser el principal obstáculo. Puede tratarse de un cliente que no cuenta con liquidez, de una empresa que necesita preservar capital para su operación, o de un abogado que prefiere no asumir un riesgo excesivo. En todos esos escenarios, el financiamiento por un tercero independiente, conocido como Third-Party Funding (TPF), se presenta como una solución real.

Emma Fischer

La lógica es simple: un fondo especializado aporta el capital necesario para cubrir los gastos de un litigio, a cambio de recuperar lo invertido más un porcentaje en caso de éxito. Si se pierde, el cliente no devuelve nada. A continuación, repasemos cómo funciona este proceso en la práctica.

Primer contacto y evaluación preliminar

El camino comienza cuando el cliente o su abogado se acercan a un fondo de financiamiento. Tras firmar un acuerdo de confidencialidad, el cliente entrega un paquete inicial de información con un resumen del caso, monto reclamado, evidencia disponible, los escritos principales -de haberlos-,cualquier antecedente que pueda arrojar luces sobre la solvencia de la contraparte e información relacionada a la ejecución de la sentencia.

Con esos antecedentes, un analista realiza una evaluación preliminar para determinar si el caso cumple con los criterios básicos de inversión. Luego de dicho análisis, el expediente se presenta al comité de inversiones, que analiza tanto los riesgos jurídicos como la viabilidad económica. Si resulta aprobado, el cliente recibe una oferta formal con los términos propuestos.

Due diligence y contrato de financiamiento

Si la oferta es aceptada, se inicia el proceso de negociación y firma del Litigation Funding Agreement (LFA). Este contrato establece las condiciones: el fondo se compromete a cubrir los costos acordados y, en caso de éxito, recibe el monto invertido más un porcentaje de lo recuperado. La garantía para el cliente es clara: si el caso se pierde, no debe nada.

Si el cliente acepta la oferta, el fondo a veces puede encargar a un estudio externo un due diligence validadora, siempre bajo estricta confidencialidad. El objetivo es confirmar la solidez del caso y reducir los riesgos de la inversión.

Desembolso y seguimiento

Una vez firmado el contrato, los fondos se liberan y se destinan a los gastos pactados: honorarios de abogados, peritos y demás costos del proceso. Durante el litigio, el fondo realiza un seguimiento regular, generalmente mediante reportes periódicos que informan sobre avances clave, como acuerdos, incidentes o resoluciones y escritos relevantes.

Resolución y distribución de fondos

Si el litigio concluye con éxito, ya sea por sentencia favorable o por un acuerdo, el fondo recupera lo invertido más el porcentaje establecido. El resto de los beneficios se distribuyen entre cliente y abogado, según lo pactado. En caso de derrota, es el fondo quien asume la pérdida total.

Más que financiamiento: acceso a la justicia

El Third-Party Funding es mucho más que un mecanismo financiero. Es una herramienta que equilibra las fuerzas en un litigio, abre la puerta a la justicia para quienes de otro modo quedarían fuera y convierte un problema aparentemente insuperable en una oportunidad de solución.

En un mundo donde la justicia suele depender de quién puede costearla, este modelo invita a replantear las reglas del juego: no se trata solo de financiar litigios, sino de democratizar el acceso a tribunales, redistribuir el riesgo y permitir que causas con mérito encuentren su camino.

En Chile, si bien el TPF es una herramienta relativamente nueva, está ayudando a nivelar la cancha para que demandas meritorias puedan acceder a la justicia.


* Emma Fischer es abogada por la Universidad Diego Portales, especializada en litigios y arbitrajes. Inició su carrera como asociada en Garrigues, una de las firmas legales más prestigiosas de Europa y América Latina, donde participó en la asesoría de disputas complejas de alto impacto. Actualmente se desempeña como Legal Analyst en Loopa Finance (antes Qanlex), fondo de inversión especializado en la financiación de litigios.

 

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