Columnas
El rol del Colegio de Abogados en el combate a la corrupción
"La posición del cliente frente a la ética aparece como contrapartida del deber del abogado de conocer a su cliente. El cliente debiera preguntar a su abogado si está colegiado y, en su caso, por qué no".
Por Marcela Vega Moll*
La International Bar Association (IBA) y la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo (OECD por sus siglas en inglés) se aliaron hace un par de años atrás con el objetivo de establecer estándares y guías que ayuden a los abogados a combatir la corrupción que pueda surgir en transacciones comerciales internacionales. El grupo de trabajo emitió recientemente un reporte con sus conclusiones. Se trata de ocho principios dirigidos a los abogados, destacando su rol en la sociedad, como promotores del estado de derecho.
Los principios del grupo de trabajo IBA/OECD incluyen la obligación del abogado de conocer bien al cliente, regla que se asemeja al “Know your Costumer” que la legislación bancaria ya ha incorporado hace muchos años. Estar atentos al origen de los fondos de la transacción, la finalidad de la operación y el verdadero beneficiario de la misma. Esto último a propósito de evitar el lavado de dinero y financiamiento del terrorismo.
Es oportuno traer este tema a colación a propósito de las próxima renovación parcial del Consejo General del Colegio de Abogados. La principal misión del Colegio de Abogados es velar por el comportamiento ético de sus integrantes. Recordemos que la colegiatura no es obligatoria y que el Colegio de Abogados carece de competencia para juzgar a los profesionales no asociados. La Constitución Política de la República, en su artículo 19 Nro. 16 restringe el control ético por parte de los colegios profesionales, reservándolo exclusivamente para conocer de las reclamaciones que se interpongan sobre la conducta Ética de sus miembros. Todos los demás abogados están sujetos al control ético de los jueces ordinarios, exclusivamente.
La posición del cliente frente a la ética aparece como contrapartida del deber del abogado de conocer a su cliente. El cliente debiera preguntar a su abogado si está colegiado y, en su caso, por qué no. Si la respuesta fuera que estar colegiado no sirve para nada, que los clientes no están interesados en la ética o algo similar, quizás hay algo que pensar. La corrupción no es algo que queramos para nuestro país y partir por exigir que su abogado se comporte éticamente.
Estar colegiado significa decir un no rotundo a la corrupción. El abogado que está inscrito en el Colegio de Abogados lo que declara al público y a potenciales clientes es que se obliga a trabajar decentemente, por medios lícitos, apegado a la ética, tanto como que acepta someterse a un Tribunal de Ética que juzgue su conducta.
* Marcela Vega Moll es abogada, candidata al Consejo del Colegio de Abogados por la Lista C – Libertades Públicas. Se desempeña como Counsel en Bofill Escobar Silva Abogados.