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Guiones, música y personajes: Lo que esconde la propiedad intelectual en el cine

Descubre los secretos detrás de la pantalla en la industria cinematográfica: la propiedad intelectual. Desde la protección de guiones hasta desafíos legales, explora las complejidades que definen la creatividad y los derechos en la magia del cine. En un mundo digital en constante cambio, la propiedad intelectual se revela como un pilar esencial para la innovación en esta emblemática industria.

Por Antonia Paredes*

Con los premios Oscar a la vuelta de la esquina y la ceremonia 2024 de los Globos de Oro ya finalizada, se presenta una valiosa oportunidad para reflexionar sobre un aspecto fundamental en la industria del cine: la propiedad intelectual. Desde la protección de guiones hasta los desafíos legales de la parodia cinematográfica, cada faceta resalta la importancia de comprender el marco legal que sustenta esta industria.

El derecho de autor se erige como el principal régimen que protege a los creadores de películas, abarcando elementos como guiones, diálogos, música, escenografías y personajes, entre otros. Además, los derechos conexos complementan esta protección, garantizando los derechos de intérpretes, productores de fonogramas y organismos de radiodifusión.

Por otro lado, las marcas y su vinculación con el cine son esenciales para mantener la identidad visual y creativa no solo de una película, sino también de las prestigiosas ceremonias de premios, así como de las propias productoras como Warner Brothers, MGM y Universal Pictures. Estas entidades poseen valiosos activos intangibles gracias a la propiedad intelectual. Además, personajes emblemáticos como Mickey Mouse están protegidos por marcas, lo que ha suscitado interés recientemente debido a su entrada al dominio público y la titularidad de Disney sobre su nombre e imagen. Otro ejemplo reciente es la entrada al dominio público de Winnie The Pooh, lo que permitió crear una película de terror basada en este personaje.

Finalmente, las licencias desempeñan un papel crucial en la industria cinematográfica, permitiendo a terceros utilizar elementos específicos de una obra bajo condiciones acordadas. Esto incluye desde licencias de distribución para exhibir y vender películas en regiones específicas hasta licencias para adaptaciones en otros medios como televisión o videojuegos, y licencias musicales para incluir canciones en la banda sonora de una película.

Tomando como ejemplo la película chilena “La Memoria Infinita”, una de las dos películas chilenas nominadas a los Oscar este año, surgen interrogantes sobre la autoría de la obra. Durante la producción, en gran parte llevada a cabo durante la pandemia, Paulina Urrutia se ve obligada a tomar la cámara y registrar su vida con Augusto Góngora. ¿Podría esto conferirle el estatus de autora de la obra? Los derechos de autor protegen todos los aspectos creativos que contribuyen a la realización de la película, y en este caso, Paulina adquiere el papel de operadora de cámara, reconocida como tal en los créditos.

Otro caso relevante es el de la destacada película “Asesinos de la Luna”, dirigida por Martin Scorsese y basada en la historia del pueblo Osage en Estados Unidos. A pesar de haber obtenido una nominación al Oscar a la Mejor Canción Original, se basa en un canto tradicional del pueblo. ¿Quién posee los derechos en este caso? Los créditos de la canción están atribuidos a Scott George, el compositor, quien la creó tras investigar la música del pueblo Osage. Aunque la canción es original, si incorporó una canción específica del pueblo Osage y la modificó, podría considerarse una obra derivada, lo que requeriría la autorización del titular de los derechos, a menos que la obra se encuentre ya en el dominio público.

Un tercer caso de interés es el de la famosa película “Barbie”. Marcada por las licencias, su estudio resulta sumamente atractivo para la propiedad intelectual, desde los permisos otorgados por Mattel hasta el product placement de Chevrolet, y hasta la referencia a la película “2001: A Space Odyssey” en el teaser trailer de la misma. Este ejemplo ilustra cómo la propiedad intelectual no solo protege la creatividad y la originalidad en la industria cinematográfica, sino que también facilita colaboraciones y asociaciones estratégicas que contribuyen al éxito y la relevancia de una película en el mercado.

La propiedad intelectual juega un papel crucial en la producción de películas y en la salvaguarda de los derechos de sus creadores, especialmente en esta era digital marcada por rápidos avances tecnológicos. La piratería, la distribución ilegal y las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial exigen una constante adaptación del marco legal. En este contexto, la protección de la propiedad intelectual se vuelve aún más vital para garantizar la sostenibilidad y la innovación en la industria del cine. Los casos mencionados son solo una muestra de las numerosas controversias que giran en torno a la relación entre propiedad intelectual y cine en esta era digital en constante evolución.

*Antonia Paredes Santa Cruz IP

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