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La norma de la CMF que desincentiva el ahorro en Chile

"La idea de esta prohibición es impedir que los bancos abulten sus depósitos de manera artificial o inorgánica y, a su vez, propiciar una competencia exclusivamente por las tasas de interés. Pero en la realidad, esta prohibición es una causa más que desincentiva el ahorro en Chile. Y si lo que se busca es mantener la salud del sistema financiero, en este caso, se realiza a costa del fallecimiento de la figura del ahorro".

Un nuevo reporte de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) sobre las conductas de ahorro muestra lo evidente. Millones de personas tienen una cuenta de ahorro abierta (54% de la población mayor de 15 años), pero los saldos mantenidos en dichas cuentas hablan sobre una triste historia (en promedio inferior a los 25 mil pesos). En Chile, se tiene una cuenta de ahorro, pero no se ahorra. 

El ahorro es un concepto del pasado, una especie de utopía, un consejo de abuela. Tras años de consumo y deuda, el ejercicio de guardar para un objetivo u horizonte resulta algo inverosímil. Muchos nos hemos enfrentado a la disyuntiva entre ahorrar o endeudarnos. Por qué esperar meses para ahorrar para una nueva bicicleta si puedo tenerla hoy y la pago en cómodas cuotas. Incluso he escuchado a varios que alaban estas modalidades de compras, asimilándolas al ahorro. Una vez que terminan de pagar una compra, proceden a realizar otra y de esta manera dedican parte de sus ingresos a un objetivo u horizonte. La pequeña diferencia es que en un método obtienes interés y en el otro pagas interés. En muchos casos, esa diferencia no es tan pequeña.

El reporte también muestra la evolución del ahorro: la inversión. Cuando se trata de montos elevados, las personas prefieren depósitos a plazo por sobre cuentas de ahorro. Lo anterior muestra que ahorrar ya no es “cool”, invertir es lo que “la lleva”. El reporte no indaga en el uso de otros mecanismos de inversión como los fondos mutuos, acciones, criptomonedas o seguros con ahorro. Pero sí dibuja un panorama claro donde la idea de inversión sobrepasaba al concepto de ahorro. 

Rodrigo Mella

La CMF no desarrolla el fenómeno del ahorro (o el desahorro) desde sus causas. El ejercicio estadístico del reporte es ciego a las razones de porqué los chilenos y chilenas dejaron de ahorrar. Una explicación válida es la falta de capacidad de ahorro. Si los sueldos reales no dan espacio a excedentes, mucho menos para el ahorro. Otra explicación plausible es la falta de incentivos para el ahorro. Las tasas de interés para cuentas de ahorro son sustancialmente inferiores a otros mecanismos de inversión. Y el proceso para obtener dichos intereses se encuentra plagado de requisitos. Montos mínimos, tiempo de permanencia, límites de giros, comisiones, entre otras solemnidades hacen que ahorrar sea poco atractivo.

A lo anterior debemos sumar la prohibición que impone la propia CMF para que los bancos establezcan incentivos al ahorro. El capítulo 18-13 de la Recopilación Actualizada de Normas establece claramente que los bancos tienen estrictamente prohibido cualquier tipo de incentivo a las cuentas de ahorro, más allá de los propios intereses que otorgan. El texto dice lo siguiente: “De ninguna manera podrán brindar incentivo alguno por la captación o mantención de depósitos, cuentas corrientes, cuentas de ahorro o cualquiera otra operación que genere un pasivo para el banco.” Si, así como se lee. Un banco no puede darle puntos de fidelización por ahorrar en una cuenta. Tampoco puede regalarle una alcancía de juguete si ahorra. Un banco puede regalarle el cielo y la tierra por endeudarse, pero no para ahorrar.

La norma de la CMF no resulta descabellada ni irracional. La idea de esta prohibición es impedir que los bancos abulten sus depósitos de manera artificial o inorgánica y, a su vez, propiciar una competencia exclusivamente por las tasas de interés. Pero en la realidad, esta prohibición es una causa más que desincentiva el ahorro en Chile. Y si lo que se busca es mantener la salud del sistema financiero, en este caso, se realiza a costa del fallecimiento de la figura del ahorro. 

Este año ha sido una prueba fiel de la importancia del ahorro. Los ahorros del seguro de cesantía, el ahorro previsional, los ahorros fiscales, todos sumaron un pequeño alivio en momentos de urgencia. Por lo tanto, urge modificar la prohibición de incentivos al ahorro para las personas naturales, con gradualidad y transparencia, pero con la clara intención de hacer más fácil seguir los consejos de la abuelita. El que ahorra siempre tiene.

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