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Aplicaciones Tecnológicas en el Derecho:  Avances y Usos Emergentes

La innovación, la estrategia y la visión son fundamentales para poder hacerse de un espacio dentro de las actuales formas del derecho.

*Por Roxanner Ponce Ramírez, Oscar Gómez González, Carlos Aldunce Silva, Juan Cristóbal Vidal Prieto y Nicolás Álvarez Rojas.

Roxanner Ponce

En un mundo donde la tecnología se desarrolla inexorable y en un sector altamente competitivo como lo es el Derecho, aquellos profesionales insertos en las múltiples áreas del mismo enfrentan un desafío esencial más que nunca en esta nueva era: adaptarse o quedar rezagados. Esto es algo complejo de alcanzar considerando la velocidad con la que evolucionan estas herramientas tecnológicas, respecto a las cuales, muy pocos logran seguirles el ritmo. Es aquí, pues, que la diversidad de aptitudes personales, la innovación, la estrategia y la visión son fundamentales para poder hacerse de un espacio dentro de las actuales formas del derecho.

En este escenario tan dinámico, la inteligencia artificial juega un rol preponderante. Si lo comparamos con un juego de ajedrez, su uso adecuado puede anticipar movimientos, tácticas y efectos con una precisión extraordinaria, mejorando la eficiencia y efectividad con su práctica, analizando un sinfín de jugadas pasadas y prediciendo las futuras, otorgando una ventaja competitiva en cada caso. No obstante, una mala implementación o un sesgo inadvertido en el algoritmo puede comprometer la integridad de un proceso, exponiendo vulnerabilidades éticas y legales. Es así que el uso de la IA conlleva sus riesgos, desde la equidad en la aplicación de decisiones automatizadas y la protección de los datos privados, hasta la transparencia algorítmica, todo implica un complejo dilema, tanto ético como jurídico, respecto al que deberán hacer frente las nuevas y antiguas generaciones de abogados si quieren prevalecer activos en la vida laboral.

Ahora bien, en Chile esta tendencia es aún algo incipiente, pero la manera en la que se está abriendo camino a través de las facultades y estudios jurídicos nos puede decir mucho de cómo irá progresando en el futuro. Ya se están explorando áreas como protección de datos, ciberseguridad, fintech, propiedad intelectual, derecho tecnológico, medios, entre otras. Varios bufetes están incursionando en estos nichos, expandiéndose y ofreciendo habilidades en estas materias a sus patrocinados, especializándose cada vez más en estos temas. Despachos importantes a nivel nacional, como Barros & Errázuriz, Cariola Díez Pérez-Cotapos, Alessandri Abogados, Phillippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría, Bofill Mir Abogados, Moraga & Cía., Magliona Abogados, son algunos de los que tienen su mirada puesta en estas innovaciones legales.

Óscar Gómez 

Sin embargo, aunque estos bufetes ofrecen un amplio abanico de servicios en áreas tecnológicas avanzadas, surge las preguntas: ¿qué es lo que realmente necesitan y buscan para mantenerse al día con las nuevas exigencias?, ¿qué están haciendo para adaptarse a estos cambios?, ¿qué uso le están dando a las recientes tecnologías?

Tras una investigación preliminar llevada a cabo por la Academia Legaltech realizada a un grupo representativo de egresados, se puede inferir que uno de los requerimientos más relevantes para dicha masa de profesionales es la optimización de procesos en la gestión interna. Los egresados, procuradores y abogados, en general, están enfocados en ahorrar tiempo, eliminando las trivialidades de su trabajo diario, esto en tareas como la atención al cliente (consultas básicas, programación de citas, etc.), la organización y análisis de documentos, el seguimiento de casos, la confección de documentos o contratos, etc. Incluso, el marketing y el movimiento en redes sociales, son labores que están dejando a servicios ajenos, o bien, a tecnologías enfocadas en este tipo de servicios contando algunas de ellas con IA.

En nuestras primeras indagaciones nos hemos topado con una variedad de plataformas, aplicaciones o inteligencias artificiales. Todas ellas para diversos fines, y algunas más utilizadas que otras por los juristas. Tal es el caso del afamado Chatgtp, quizá uno de los más usados debido a su flexibilidad y multipropósito. En su última versión, gpt-4, ofrece capacidades mejoradas para la revisión y redacción de documentos, investigación legal, preparación de juicios, traducción de documentos, análisis predictivo, entre muchos otros. De igual manera, nova ai es otro asistente virtual que comprende una plataforma de búsqueda y creación de contenido aprovechando la inteligencia artificial avanzada, de manera simple edita y crea contenido multimedia con suma eficiencia y precisión, también sirve como chatbot (un programa diseñado para simular conversaciones humanas a través de texto o voz) para conversar y responder consultas. Otras en la misma línea son: Bing chat, Perplexity, Google Bard, que cumplen con la misma función.

Nicolás Álvarez

En relación al marketing y creación de contenido aparece Canva como una opción tanto gratuita como de pago. Dicha herramienta consta de una plataforma de diseño gráfico en línea que permite a los usuarios crear presentaciones, infografías y publicaciones en redes sociales, utiliza IA en funciones clave como redimensionamiento automático, edición de imágenes, etc. De igual modo hallamos a HubSpot, una plataforma de marketing y ventas online que permite a los usuarios organizar y automatizar diversas actividades comerciales, como la generación de leads, la gestión de relaciones con clientes, marketing por correo electrónico y creación de contenido, utilizando inteligencia artificial en funciones clave como automatización de marketing, segmentación de audiencias, análisis predictivo y personalización de contenidos para mejorar la eficiencia y efectividad de las estrategias comerciales. Estas herramientas avanzadas permiten a los usuarios optimizar sus campañas publicitarias de manera más rápida y precisa, adaptándose a las necesidades específicas de cada empresa.

Por otro lado tenemos a Encuadrado, una web diseñada para mejorar el rendimiento de las actividades administrativas, ofreciendo herramientas como gestión de citas, pagos en línea o emisión automática de boletas de honorarios. Además, aunque no se centra en la inteligencia artificial, automatiza tareas básicas y proporciona una interfaz intuitiva para optimar la eficiencia y productividad de sus usuarios. Asimismo, Trello, una herramienta de gestión de proyectos que permite crear tableros específicos para cada caso, dividir tareas en listas y asignarlas a miembros del equipo, para ello hace uso de tarjetas que pueden incluir datos como descripciones, comentarios, fechas de vencimiento o archivos adjuntos, facilitando la organización y seguimiento de actividades. Si bien Trello no es una plataforma de IA, se le puede integrar una como Zapier para automatizar flujos de trabajo y mejorar la eficiencia.

Juan Cristóbal Vidal

Paralelamente, están aquellas aplicaciones, webs e inteligencias artificiales que están diseñadas específicamente para el quehacer jurídico, algunas de estas son de pago o requieren alguna suscripción. Conocido y antiguo es el caso de vLex que ofrece una base de datos sobre legislación, jurisprudencia, doctrina y libros, que facilitan la investigación. Esta plataforma ha incorporado en su herramienta de búsqueda una ia llamada «Vicent AI», que emplea un procesamiento de lenguaje natural y aprendizaje automático para analizar y resumir datos jurídicos, todo con la finalidad de entender mejor las consultas de los usuarios y ofrecer sugerencias inteligentes, resúmenes de casos y análisis de documentos legales. Esto permite a los profesionales del derecho encontrar rápidamente la información que necesitan de manera más eficiente.

Del mismo modo tenemos a sof-ia, de la plataforma Tirant prime, que ha ganado bastante terreno entre los estudios. Esta aplicación es capaz de analizar, generar o expandir textos jurídicos, analizarlos para brindar jurisprudencia y doctrina relacionada. Además es capaz de redactar textos jurídicos, resumirlos e incluso corregirlos. Este programa cuenta con una cobertura internacional (España, Colombia, Chile, México), cuenta con un chatbot para realizar consultas pertinentes. Tirant prime es de pago, pero ofrece una prueba gratuita.

Finalmente, también están aquellas empresas o proveedores que están innovando en crear aplicaciones con usos exclusivamente para abogados, un ejemplo de esto es Lemontech, una empresa de enfoque tecnológico que desarrolla softwares especializados en la gestión de estudios jurídicos y departamentos legales. Sus productos, TimeBillingX (un programa de productividad y facturación, diseñado para gestionar proyectos y tiempos en firmas legales, que incrementa la rentabilidad y productividad de los despachos) y CaseTracking (un software de gestión de juicios para firmas legales, que optimiza tareas manuales y digitaliza la información de la cartera judicial, aumentando con ello la productividad y rentabilidad, reduciendo costos operativos). Bufetes renombrados como Bofill Mir & Álvarez Jana Abogados, Albagli Zaliasnik, Castillo & Prieto son usuarios recurrentes de estos productos, según los portales web de los desarrolladores.

Carlos Aldunce

Con este fin también hallamos a Inprovider Legaltech, con productos como Legal Analytics, Flows, entre otros, encaminados a mejorar la gestión de optimizar tareas como la gestión del tiempo, el seguimiento de casos y la facturación, mejorando la eficiencia y productividad de los abogados. Ofrece herramientas intuitivas y funcionalidades avanzadas que facilitan la administración y organización de las tareas legales. Por otra parte tenemos a spektr, una especie de chatbot con ia que desarrollan estudiantes y profesionales del derecho de la Universidad Católica que cumple la funcionalidad típica de un chatbot con especialidad en temas legales e investigación jurídica.

Después de este mapeo inicial, hemos notado cómo el empleo de las tecnologías más recientes está encausado mayoritariamente en la maximización de recursos como el tiempo y reducción de costos, no así en lo que se refiere a la asesoría legal propiamente tal, esto es algo que aún se destina a la capacidad humana en casi su totalidad, si bien se delegan cosas como agendamiento de citas o consultoría básica a una IA, aquello no implica una asesoría jurídica en toda la extensión de la palabra. Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿se vincula esta actitud con una preocupación subyacente con los riesgos legales que implican el permitir que una IA asista legalmente a un cliente? La posibilidad de errores en la interpretación, la aplicación sesgada de la ley, la percepción de las necesidades del cliente, la insuficiencia de protección de datos delicados son apartados que en una asesoría online por chatbot pueden resultar deficientes, sin contemplar las regulaciones faltantes en este sentido.

Para concluir, está claro que nos falta mucho camino por recorrer, con todo, es algo en lo que se está continuamente progresando y legislando en la medida que se requiere y exige para ser regulado, con el objeto de ponernos al día en relación al escenario internacional. Los requerimientos de nuestros profesionales pueden ser algo tímidos en principio, pero dicen relación con el avance mismo que está teniendo la entrada de estas tecnologías en el país. De cara al futuro, es muy probable que estemos ante la automatización de procesos jurídicos y democratización del acceso a los mismos, relegando o mejor dicho, logrando que el abogado sea un profesional cada vez más especializado y especifico dentro del derecho, sin que por esto llegue a ser reemplazado, después de todo, nosotros alcanzamos aquellos lugares donde ninguna tecnología puede llegar y sólo como humanos podemos dar respuesta.

*Roxanner Ponce Ramírez, egresada de la Facultad de Derecho y Humanidades de la Universidad Central (UCentral); Oscar Gómez González, alumno de cuarto año de la Facultad de Derecho y Humanidades Ucentral; Carlos Aldunce Silva, alumno de cuarto año de la Facultad de Derecho y Humanidades Ucentral; Juan Cristóbal Vidal Prieto, alumno de cuarto año de la Facultad de Derecho y Humanidades Ucentral y Nicolás Álvarez Rojas, alumno de cuarto año de la Facultad de Derecho y Humanidades Ucentral.

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