Columnas
La tecnología como aliado del abogado del futuro
El advenimiento de nuevas tecnologías y de modelos de negocio también están afectando la cantidad de trabajo disponible para los abogados.
Por Mariano Werner *
El entorno competitivo en el mundo de los abogados ha cambiado, y esto obliga a los abogados a repensar cómo hacen su trabajo.
Cada vez hay más abogados por habitante (esta tasa se ha duplicado en la última década) y hay casi tantos estudiantes de Derecho como abogados. Cada vez hay más competencia. Punto. Si no se hace nada distinto, cada vez será más difícil lograr los mismos resultados.
Componiendo esta causa, el advenimiento de nuevas tecnologías y de modelos de negocio también están afectando la cantidad de trabajo disponible para los abogados. Podemos negar esta realidad, pero va a seguir ahí. Quizás sea más sabio adaptarnos.
Por último, y en buena medida como consecuencia de los dos puntos de más arriba, los clientes son cada vez más exigentes. Conocen más y están más empoderados. Los abogados no nos hemos distinguido por tener un gran foco en la experiencia del cliente, pero los clientes lo están exigiendo. Más y más.
Es un momento complejo, verdaderamente revolucionario en la forma de ejercer la situación. Hacer “más de lo mismo” razonablemente no tendrá buenos resultados. Sobre todo cuando ese “mismo” ha estado plagado crónicamente de ineficiencias que son mejorables.
¿Me puede ayudar la tecnología?
Sabemos que la tecnología puede ser amenazante, sobre todo por el constante crecimiento que ha tenido en los últimos años. Pero es, ante todo, una realidad. Y, además, puede ser una ayuda ante el nuevo contexto.
Está en los abogados aprender a usarla para que sea un aliado. Nos imaginamos que en el futuro los abogados serán un poco como los médicos actualmente: articulan todo un ecosistema de tecnología (desde agendar horas hasta exámenes o tratamientos), pero se reservan el “criterio médico” para saber cuándo usar qué cosa y que decisión tomar.
Considerando el punto en el que estamos, si bien aplaudimos los esfuerzos por implementar inteligencia artificial, creemos que enfocarnos en ellas es un desfavor. Puede verse como un desafío demasiado grande, como una montaña demasiado alta que escalar, y eso puede llevar a paralizarnos más que a movilizarnos. Y hoy los abogados, lo que más necesitan, es ponerse en movimiento.
¿En qué puede ser un aliado la tecnología?
En nuestra opinión los abogados tienen un extenso campo para explorar tecnologías relativamente simples que pueden ayudar de forma significativa su día a día. Las agrupamos en tres grandes objetivos:
- Reducir tareas repetitivas y de bajo valor agregado: Buscar documentos en un archivo, revisar contratos para encontrar información específica, buscar jurisprudencia o doctrina, o el mismo hecho de ir a tribunales son “males necesarios”. La función en sí es de muy bajo valor agregado y consume mucho tiempo, pero permite disponibilizar información que sí es valiosa.
La tecnología ha hecho posible automatizar muchas de estas tareas, lo que permite a los abogados dedicar más tiempo a actividades de mayor valor agregado. El abogado debe dejar de dedicarle tiempo a estas tareas para hacer lo que en verdad lo distingue y lo que es en esencia más divertido: usar el criterio jurídico. La tecnología puede hacer a los abogados más abogados.
- Mejorar adquisición y atención al cliente: Adquirir clientes siempre es relevante (de hecho en buena medida define el paso a Socio), y mantenerlos (ie, brindar una buena experiencia) es cada vez más importante. Si bien esto requiere de un verdadero mindset nuevo, aquí también la tecnología puede ayudar.
La tecnología puede ayudar en facilitar el encontrar un abogado que el cliente necesite (con la experiencia y el costo apropiado), y poder agendar una cita online.
Puede ayudar también en la comunicación: chatbots para responderle consultas al cliente 24 x 7, brindar mecanismos para autoconsulta, poder tener videoconferencias, etc. Los clientes quieren más flexibilidad y disponibilidad horaria.
Puede ayudar en una facturación de horas detallada, contribuyendo a la transparencia. Como también en el seguimiento de leads y registro de aspectos relevantes de cada cliente, para personalizar nuestro servicio.
Un estudio de los despachos estadounidenses indica que aquellos que utilizan software de gestión basado en la nube tienen un 43% más de probabilidades de tener clientes satisfechos, lo que es bueno para recibir nuevos referidos y aumentar la capacidad de contratación.
- Facilitar datos para gestión: Existen diversas herramientas y software diseñados específicamente para ayudar a los abogados a procesar, analizar y organizar grandes cantidades de datos con facilidad y rapidez para ordenar su gestión y hacerla más eficiente.
Los abogados hoy ya no tienen que depender de archivos físicos y documentos impresos para acceder a la información de sus casos. Pueden tenerlo todo en la nube.
Tampoco tienen que estar adivinando la rentabilidad de un cliente o proyecto: pueden ver, en tiempo real, múltiples indicadores para facilitar la gestión.
Sería insólito que una unidad productiva como una fábrica no tenga tecnología para orientar la gestión mediante indicadores. Los despachos son, en esencia, unidades productivas: debería ser igualmente insólito no hacer seguimiento a los indicadores clave. Y en esto la tecnología también puede ayudar.
Contar con data y métricas permite al abogado tener un control total de conocer ¿qué tan rentable son los clientes con los que trabajas?
Como señalamos antes, en este contexto revolucionario el abogado puede optar por preocuparse por el advenimiento de nuevas tecnologías. Pero esto no sería particularmente útil.
También puede, en cambio, ocuparse de incorporarlas. Este es el camino que recomendamos. Yendo un paso más allá, recomendamos tomar este camino con alegría y entusiasmo: hay muchos aspectos por mejorar en nuestra forma de ejercer la profesión. No solo de cara a nuestros clientes, sino a nosotros mismos. Podemos tener un trabajo más entretenido y reconfortante. La tecnología es clave para esto.
Si la duda paralizante es no saber por dónde empezar, recomendamos simplemente empezar. Por cualquier lado. No hay una bala de plata y no es tan importante la secuencia. Por eso recomendamos primero implementar tecnologías más simples que en verdad nos ahorren decenas de horas, antes que herramientas más sofisticadas. Ya habrá tiempo para eso, pero lo clave es ponernos en movimiento.
No hay una receta probada, aún estamos en la etapa de mucho ensayo y error. Pero mientras el foco esté en mejorar la experiencia del cliente y en volvernos más eficientes, las lecciones que aprendamos aun de nuestros errores pueden ser muy valiosas.
Es un contexto revolucionario, y como tal puede haber una gran recompensa para quienes se mueven rápido y den con las respuestas correctas.
Como dijo Charles Darwin, “no sobrevive la especie más fuerte, ni la más inteligente… si no la que responde mejor al cambio”.
* Mariano Werner es CEO de Lemontech, empresa del fondo Accel KKR especializada en SaaS para abogados. Abogado por la Universidad de Buenos Aires, MBA por la Universidad de Stanford. Su trayectoria de más de 15 años la ha construido colaborando como abogado, consultor y gestor de negocios B2B para prestigiosas firmas en Estados Unidos de América, Argentina y Chile.
Previo a su incorporación a Lemontech en 2019, se desempeñó como Socio de Matrix Consulting y Gerente División Salud a cargo de todo el B2B en Chile para Socofar, la plataforma regional de farmacias de FEMSA. Desde 2015 ha sido mentor en Endeavor y ha combinado esta práctica con la labor docente, pues se ha desempeñado como catedrático de diversas asignaturas en la Universidad Adolfo Ibáñez en Chile.