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Marcas y sensibilidades culturales: A propósito del cambio de nombre de “Negrita”

"La Ley de Propiedad Industrial prohíbe el registro de marcas que atenten contra el orden público,  la moral y las buenas costumbres. Sin duda la norma no es muy precisa, pero comúnmente se relacionaría con conceptos que sean ofensivos contra la religión, que tengan contenido sexual o atenten contra una raza o etnia determinada. Así, se ha rechazado el registro de marcas como COCAINE y KO CAINE. Otras legislaciones, como la neozelandesa, prohíben el registro de marcas que pudieran ofender a una parte importante de la comunidad, incluidos los maoríes". 

Por Agustina Davis *

Este miércoles la empresa Nestlé anunció que, desde octubre próximo, la tradicional  “Negrita” pasará a llamarse “Chokita” como consecuencia de una revisión mundial de su cartera de marcas en un afán de concientizar expresiones que puedan ser discriminatorias, ofensivas o inapropiadas.  Sin quererlo, Nestlé debe haber vendido todo el stock de productos que le quedaban con el empaquetado de “Negrita”, pues sin duda la noticia fue trending topic en redes sociales, además de motivo de innumerables –y divertidos- memes. 

Lo cierto es que este hecho no es aislado. En los últimos años han sido muchas empresas y organizaciones a nivel mundial, las que han cambiado su nombre, el nombre de alguna de sus marcas, logos o mascotas porque resultan ser racistas, ofensivas o crean estereotipos indeseados. Además de Nestlé, Disney, Jeep y L’Oreal son algunos ejemplos de empresas que han tenido que eliminar, modificar o repensar marcas por resultar controversiales, especialmente en tiempos donde los ciudadanos estamos cada vez más conscientes de nuestra identidad, por lo que la sensibilidad cultural es mucho mayor.

Agustina Davis

La Ley de Propiedad Industrial prohíbe el registro de marcas que atenten contra el orden público,  la moral y las buenas costumbres. Sin duda la norma no es muy precisa, pero comúnmente se relacionaría con conceptos que sean ofensivos contra la religión, que tengan contenido sexual o atenten contra una raza o etnia determinada. Así, se ha rechazado el registro de marcas como COCAINE y KO CAINE. Otras legislaciones, como la neozelandesa, prohíben el registro de marcas que pudieran ofender a una parte importante de la comunidad, incluidos los maoríes. 

Así, más allá de los memes y del hecho de que la nueva “Chokita” mantendrá el sabor de siempre, pareciera que el cambio de nombre es el resultado de una tendencia mundial al respeto de la multiculturalidad; y si bien es cierto, como dijo la periodista Fresia Soltof, que “la negrita seguirá siendo la negrita como los fonzies seguirán siendo los fonzies”, este cambio evidencia la cultura de una empresa detrás de una marca, porque la marca no identifica solo un producto específico, sino que también la empresa detrás de ese producto, lo valores y la cultura que esa empresa representa, reflejando así los cambios que hay en la sociedad, y a la larga siendo actores positivos en la misma, especialmente cuando se pregona la tolerancia y la no discriminación.  Bien por Nestlé.

 ¿Qué pasará entonces con todas esas marcas aludidas por tantos memes? ¿Será Nestlé un ejemplo para otras empresas? Más allá de la decisión, queda para la reflexión si estamos frente al límite de la tontera o simplemente frente a decisiones cada vez menos aisladas y coherentes con la realidad social que estamos viviendo. 

* Agustina Davis es Socia Beytia Badilla Davis.

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