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El papel no sirve: necesitamos un sistema notarial híbrido, idealmente digital y vetar la nueva ley

El futuro son notarios digitales, no máquinas. El futuro no está en reemplazar a los notarios por máquinas, sino en fortalecer su rol dentro de un sistema digital.

Por Daniel Errázuriz Silva*

El reciente despacho de la nueva ley de notarios por parte del Senado constituye un preocupante retroceso. La normativa prohíbe las escrituras digitales y obliga a insistir en el soporte físico, incluso cuando la tecnología puede hacer el trabajo mejor. Esto impide el uso de firma electrónica avanzada, una herramienta madura, legalmente respaldada y más segura que la tinta.

La firma electrónica avanzada, en un entorno digital, permite:

  • Sellado de tiempo y registros inalterables con blockchain.
  • Trazabilidad automática, detectando cualquier alteración del documento.
  • Validación de identidad biométrica, que aporta alta confiabilidad si se integra correctamente.

¿El resultado? Una justicia más eficaz, con evidencia digital rastreable en casos de fraude, falsificación o suplantación de identidad. No se trata de eliminar controles, sino de hacerlos más robustos y automáticos. Revisar papeles físicos no puede competir con esto.

La solución pasa por mantener al notario como una presencia humana que otorga fe pública y presencia en actos solemnes. Las partes pueden firmar electrónicamente, con respaldo en blockchain, mientras el notario certifica y da solemnidad al acto de forma digital. Esta trazabilidad permite que tanto la justicia como las instituciones públicas y privadas puedan auditar automáticamente los registros. Así, se avanza hacia un modelo híbrido que busca evolución sin perder integridad, sin abandonar el sistema que da certeza jurídica, y potenciando sustancialmente la eficiencia.

La ley actual debe ser vetada. El modelo en papel ya no funciona para la velocidad, costo y transparencia que demandan los negocios y los ciudadanos. La tecnología permite trazabilidad y persecución automática de abusos.

La ley aprobada por el Senado arriesga la modernización, retrocede y mantiene el viejo sistema estático.
Por ello, es imprescindible que el Presidente vete esta ley, para permitir que Chile avance hacia un sistema notarial híbrido y, en el mediano plazo, completamente digital.

Chile se juega su competitividad, estado de derecho y sostenibilidad, no podemos perder esta oportunidad. El veto no es poner un freno, es abrir camino a un notariado digital, humano y moderno.

 

Por Daniel Errázuriz Silva*, Sociólogo y Gerente Comercial de GoFirmex.

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