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LegalTech y la revisión automatizada de contratos: el caso de BlackBoiler

"BlackBoiler presta el servicio de revisión automatizada de contratos. Su uso es similar a trabajar con un abogado que revisa borradores de contratos: simplemente mandando un borrador por mail, BlackBoiler contestará en minutos con revisiones y cambios sugeridos al documento".

Por Cristóbal Diaz Guitart *

Es muy difícil indagar sobre el futuro de la profesión legal sin rápidamente encontrarnos con el concepto de “LegalTech” o tecnología legal; es decir, la aplicación de la tecnología a la provisión de servicios legales.

El término lleva tiempo siendo popular y en la última décadas han surgido novedosas startups dedicadas al tema, principalmente intentando acelerar trámites o tareas repetitivas y tediosas en que usualmente los abogados gastan mucho tiempo y que, a la vez, son fácilmente automatizables.

Un caso que nos parece novedoso para ilustrar las oportunidades que nos abre esta tendencia es BlackBoiler, empresa estadounidense fundada en 2016 y respaldada por un fondo de la National Science Fundation.

Como explica Dan Broderick, su fundador1Entrevista al fundador en LawNext (2020): “BlackBoiler Founder Dan Broderick On Automating Contract Markup” disponible en: https://lawnext.libsyn.com/blackboiler-founder-dan-broderick-on-automating-contract-markup , un día volvió a su oficina y descubrió que al lado suyo alguien estaba trabajando en algo muy similar a lo que él estaba haciendo. Cuando fue a hablar con el autor del otro documento, ambos se dieron cuenta de que llevaban meses haciendo exactamente el mismo trabajo para dos clientes distintos. En ese momento se preguntó: si esto pasa solamente en mi oficina, ¿qué tan frecuente serán estas pérdidas de tiempo alrededor del mundo?

BlackBoiler presta el servicio de revisión automatizada de contratos. Su uso es similar a trabajar con un abogado que revisa borradores de contratos: simplemente mandando un borrador por mail, BlackBoiler contestará en minutos con revisiones y cambios sugeridos al documento. No requiere un interfaz para su uso.

Funciona tomando una base de datos de contratos ya revisados y los divide en secciones. Luego, cada vez que el usuario le envía un borrador, la aplicación contrasta los párrafos del borrador del usuario con las secciones de la base de datos ya revisadas; para así enviar de vuelta las revisiones o correcciones que usualmente reciben ese tipo de párrafos o cláusulas.

En la práctica, es igual que encargarle a un abogado que revise cientos de contratos parecidos, para luego compararlos con el borrador del contrato en que se trabaja, y que él después proponga correcciones o mejoras basadas en la experiencia de esos otros contratos. Pero en apenas minutos.

La compañía asegura que mediante esta técnica es posible ahorrar hasta el 70% del tiempo que usualmente se utiliza en la tarea de revisión y confección de borradores de contratos.

Una arista interesante y que podría generar dudas sobre su implementación es lo que ocurre luego con la información contenida en el borrador que es enviado a la plataforma. Después de todo, es información sensible. Ellos responden que, por un lado, se utiliza para mejorar la efectividad de la aplicación (machine learning) y que toda la información recibida se convierte en anónima, para así encargarse de las cuestiones sobre seguridad que puedan tener sus usuarios.

Un último punto interesante es el trabajo lingüístico para adaptar  tiempos verbales y pronombres desde la base de datos a el borrador en cuestión. Podría intuirse que de la misma manera podría generarse una aplicación que automáticamente traduzca contratos, generando dos versiones con el mismo sentido jurídico y no solo semántico. Esto con el propósito de evitar situaciones como las descritas por el profesor Adolfo Wegmann sobre la incrustación inorgánica de cláusulas anglosajonas a los contratos chilenos de la que alertaba hace unos días en El Mercurio2Wegmann, Adolfo (2020): “Cláusulas de “declaraciones y garantías” en la compraventa de acciones de una sociedad anónima I. Algunas observaciones metodológicas” en El Mercurio Legal. Disponible en: https://www.elmercurio.com/Legal/Noticias/Opinion/2020/12/07/Clausulas-de-declaraciones-y-garantias-en-la-compraventa-de-acciones-de-una-sociedad-anonima-I-Algunas-observaciones-metodologicas.aspx.

Podríamos especular que este tipo de programas también son una oportunidad para litigantes, pudiendo usarse el mismo principio para catalogar distintos argumentos y su efectividad sobre bases jurisprudenciales. Se podría incluso organizar por efectividad la acogida de ciertos criterios según la Corte de Apelaciones ante la cual se presente. Esto, al igual que todo uso de la tecnología, primero debe ser escrutado cuidadosamente por la ética antes de su implementación.

Para su creador, este tipo de aplicaciones no podrán remplazar la labor humana sino solamente hacerla más fácil y eficiente, lo que generaría beneficios tanto para los abogados como para sus clientes. Solo queda observar y analizar la adopción de este tipo de iniciativas en el mercado legal chileno y ver cómo afectaran a la industria legal.

Referencias:
LegalTechies.es (2020): “El concepto de LegalTech y sus variantes” disponibles en https://legaltechies.es/2020/01/10/el-concepto-de-legaltech-y-sus-variantes/
Reyes Olmedo, Patricia (2019): “Servicios LegalTech”, en Informática y Derecho: Revista Iberoamericana de Derecho Informático n°7, p.15-30.

* Cristobal Díaz Guitart es estudiante de tercer año Universidad San Sebastián sede Concepción, cursó el programa de Gobierno Corporativo y Compliance de la Universidad del Desarrollo en 2019.

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