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Abogados que deciden colegiarse después de años de ejercicio

Profesionales de distintas universidades explicaron por qué decidieron colegiarse años después de haberse titulado. Garantizar un trabajo ético, mantenerse actualizado sobre lo que ocurre en la profesión y hacer uso de la información y las charlas que ofrece el Colegio de Abogados, son parte de las razones.

Josefa Soto
 

colegiarse
Arturo Alessandri y Haroldo Brito

Actualmente existen 13.904 abogados colegiados en Santiago, según información entregada por la Orden. A partir de septiembre de este año, uno de ellos es el presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, quién se afilió al Colegio de Abogados luego de 23 años en el Poder Judicial.

En la ocasión, refiriéndose a sus colegas y al presidente del gremio, Arturo Alessandri, Brito agradeció “la invitación de volver al colegio”. “En mi condición de juez, pero en señal de reconocimiento del trabajo profesional de los abogados indudablemente siempre próximos a la jurisdicción. En lo profesional significa que es bueno vincularse, la agremiación significa muchísimo; así lo entendí cómo juez”, dijo.

Por su parte, Alessandri destacó la colegiatura de la autoridad del Máximo Tribunal. “El hecho de que la cabeza de un poder del Estado tan importante y cercano para nosotros, como lo es el Poder Judicial, representado por su presidente, lidere hoy a los nuevos colegiados, constituye un hito”, afirmó.

Siempre es buen momento

Los motivos son diversos, como permanencia en el extranjero o la ocupación de cargos corporativos. Lo cierto es que si bien hay algunos escépticos respecto de los beneficios de colegiarse, otros abogados deciden hacerlo, aun cuando han pasado años desde que su titulación y a pesar de contar con una larga experiencia.

El año pasado y luego de volver al país, el abogado de la Universidad de Chile Pedro Medrano Rojas se integró a la Orden. El ex embajador de Chile y ex secretario general adjunto de Naciones Unidas dice que no lo había hecho antes sólo porque estaba en el extranjero, pero que ve los beneficios de ello: “Te permite estar al día de lo que está ocurriendo en la profesión. Hay una serie de actividades que permiten que uno este actualizándose en distintos campos”.

Cecilia Latorre se tituló en 1995 en la Universidad Católica de Valparaíso, pero se unió al Colegio de Abogados de Santiago en 2016. Además, tiene una Maestría en Derecho Procesal Civil, de la Universidad Internacional de Andalucía de España y ejerció 10 años en Iquique. Cuando volvió a Santiago, se puso a trabajar en un cargo más bien corporativo, y —dice—, una vez que empezó a litigar nuevamente, le pareció necesario colegiarse.

“Es una garantía de seriedad para las personas que te consultan profesionalmente. Esas personas saben que estás dispuesta a someterte al control ético de tus pares y eso marca la diferencia”, afirma.

Por su parte, Francisco Díaz Verdugo egresó de la Universidad de Chile y se tituló en 1997. El ex Subsecretario del Trabajo (2014-2018) cuenta qué decidió colegiarse el año pasado porque no pudo hacerlo antes, ya que trabajaba en el extranjero: “Siempre he seguido las actividades del colegio, me interesa como se preocupan de generar y transmitir conocimiento”, sostiene.

 
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