Columnas

La informalidad laboral en la reforma de pensiones

La reforma de pensiones debe abordar la informalidad laboral como una causa principal de las bajas pensiones. Esto podría lograrse incentivando la formalización laboral y brindando opciones para incorporar a los trabajadores informales al sistema previsional.

Por: Pedro Pizarro*

Mucho se ha hablado de la reforma de pensiones, pero solo recientemente se ha abordado, aunque muy por encima y no precisamente por parte del Ejecutivo, sobre las causas de las bajas pensiones en Chile, y especialmente de la informalidad laboral. Hablar sobre este tema es crucial, más aún cuando el gobierno busca instaurar un sistema de seguros sociales con cargo a las cotizaciones de los trabajadores formales de todo Chile, esto con el fin de beneficiar a los adultos mayores actuales y futuros, muchos de los cuales no fueron parte del sistema ni contribuyeron al mismo.

Pedro Pizarro

El corazón de la reforma debería ser aumentar el monto de las pensiones, y para ello uno de los focos debiera ser reducir la informalidad o bien incorporar a los trabajadores informales al sistema previsional. El último gran esfuerzo que se hizo en este ámbito fue la Ley 21.133, que cambió las formas de generar boletas de honorarios y retenciones para aquellos trabajadores independientes. Este avance permitió que, hoy en día, alrededor de 500 mil personas tengan cobertura en salud, accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, además de ir ahorrando para la vejez.

Pero ahora vamos para atrás. El sistema que propone el gobierno les carga la mano a los que actualmente cotizan, muchos de ellos pertenecientes a la clase media, con el fin de beneficiar al casi 30% de los que, teniendo ingresos, no cotizan. Claramente, se trata de un desincentivo total a la formalidad laboral, y este es el motivo principal por el que se ha dicho que la solidaridad debe provenir de impuestos generales: lo decimos por causas de fondo y no por puro dogmatismo.

Observando a nuestros países vecinos nuestra tasa de informalidad es menor, pero el promedio OCDE de trabajo informal es 10 puntos menor al de Chile. No se puede dejar de lado este aspecto.

Si bien dentro de la reforma en discusión por parte del Gobierno viene una medida para tratar de incentivar la formalidad (la garantía de UF 0,1 por año cotizado), habrá que ver si eso puede tener un efecto real en la toma de decisiones, toda vez que es al menos discutible que una persona que tenga la posibilidad de decidir si cotizará o no decida voluntariamente hacerlo por un premio futuro, postergando consumo actual.

Es hora de echar a andar la creatividad. Hay formas de incorporar al sistema a las personas que tienen ingresos y hoy no cotizan. Puede ser vía la incorporación de cobros adicionales a la hora de obtener patentes comerciales u otro tipo de permisos municipales o, incluso, a la hora de conducir con licencia profesional. También se puede hacer en la operación renta de cada año, de manera de incorporar a todos aquellos que tengan ingresos por rentas, retiros de utilidades, dividendos u otro tipo.

En conclusión, atacar la informalidad laboral es algo que está intrínsecamente ligado a mejorar las pensiones. Tomar medidas para reducirla es algo que sin duda ayudará a la sostenibilidad completa del sistema, mejorará las pensiones de muchas más personas y redundará en toda una serie de beneficios para la población, ya que formalizarse implica también estar protegido contra accidentes laborales, enfermedad y otras contingencias. Espero que ahora sí avancemos en aquellos aspectos que inciden en el monto de las pensiones hoy.

*Pedro Pizarro, Socio de Guerrero & Cía. 

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